viernes, 31 de julio de 2015

Los secretos de los duendes




“Rownie vive en la casa de la bruja Graba junto con otros niños abandonados. Su hermano mayor, ha desaparecido tras participar en una obra de teatro secreta. En la ciudad de Zombay actuar y portar máscaras está prohibido, sólo los duendes pueden hacerlo.

”Una compañía ambulante de duendes-actores adopta a Rownie y le ofrece instruirlo en el arte de las máscaras, al tiempo que buscan a su hermano. Los secretos de las máscaras y de quienes las portan comienzan a ser desvelados conforme Rownie se interna en el corazón encantado de Zombay.”


 
No hay mucho más que decir sobre la trama después de leer la contraportada: Rownie es un niño de entre 8 y 10 años (nunca se dice su edad, pues ni él mismo lo sabe), que vive en un mundo fantástico lleno de matices en tonos sepia (o eso te crea en la imaginación), en donde los engranes, metal oxidado y el carbón predominan en el entorno. En ese mundo un día se monta una función y Rownie asiste al primer espectáculo de máscaras de su vida. A partir de ese momento, en el que los duendes lo invitan a subir al escenario, se ve envuelto en escapes, persecuciones y misteriosas máscaras que parecen tener personalidad propia.

 El recorrido que hace para terminar de unirse a la compañía, encontrar a su hermano y huir de Graba va mucho más allá de un sinuoso trayecto terrenal, pues Rownie poco a poco irá descubriendo quién es él en verdad, quién es Graba, los duendes y quiénes las máscaras.


Pros: es de ligera lectura, la prosa es sencilla (cabe mencionar que la traducción estuvo a cargo de Verónica Murgía, autora de Loba) y es un ideal como literatura infantil y el lenguaje es dicharachero, muy apropiado para los niños. Con buen manejo de los valores.

Contras: se esfuerza tanto en el tema de la identidad y el asunto de las máscaras que descuida un poco la trama y a los personajes un poco menos. Podría haber sido más redonda, más profunda.
 
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miércoles, 29 de julio de 2015

El Mesón de los 3 Magos



Este es un mes de fiesta… qué digo mes, semana… qué digo semana, este viernes 31 los #Potterheads celebrarán por todo lo alto cuando nuestra querida Jo llegue al primer decalustro de su vida y el hijo prodigio, Potter, cumpla los 35 (ay, ya no es aquel niñito enclenque al que Hermione tenía que resolverle la vida… espero). Pero en fin, estoy seguro que por todo el mundo habrá felicitaciones, fiestas, cantos, ranas de chocolate, Bludgers locas, elfos libres y uno que otro Kreacher amargado porque el pastel no es de espinacas con huevo.


Aquí lo verdaderamente importante (aparte de que no habrá pastel de espinacas, claro) es el cómo lo vas a celebrar tú. ¡Y es entonces cuando entro yo haciendo algo que no acostumbro… recomendarte un lugar ad hoc para la celebración: El Mesón de los 3 Magos.

Si vives en el D.F. (México) seguramente has escuchado de El Caldero Chorreado, y seguramente has visto las críticas aplastantes acerca del servicio y, si has ido, seguramente has comprobado que son verdad… como sea. Un buen día (porque esos días de descubrimiento siempre son buenos) descubrí un comentario que iluminó mi camino como luz al final del túnel, entre todo el lodo que manchaba la fachada de El Caldero (un comentario no precisamente bueno para El Caldero, claro), un comentario que sugería que mejor fuera a El Mesón de los 3 Magos. Y entonces me puse a investigar qué era eso del Mesón.

Para mi sorpresa, un buen día (otro, sí, ¿por qué no?), me encontré zigzagueando entre las calles del D.F. y me topé, como si se tratara de una verdadera entrada el Ministerio de Magia, con la puerta de una cabina telefónica en la calle de Andorra 16 (a unas cuadras del metro Nativitas [Línea azul]), y esta es la entrada a un mundo completamente diferente (y no miento), el local está decorado al más puro estilo inglés con la ambientación perfecta para sentirte en Las 3 Escobas.

El lugar en sí es pequeño ya que es una casa acondicionada a modo de café lounge, pero tanto el ambiente como el trato de los 3 hermanos (porque sí son 3 y de ahí el nombre) te hacen sentir más cómodo que en la sala de tu casa. Además la cerveza de mantequilla y el jugo de calabaza están traídos directamente de Hogsmeade… no, mentira, pero son deliciosos. Cada platillo fue concebido en las mentes de los hermanos (ya que uno de ellos es chef, otro fue a The Wizarding World of Harry Potter y regresó con hartas ideas, y el último es adminstrador y sabe lo que el cliente quiere) y de su madre (que es repostera. Por cierto, no se olviden de probar el cheesecake, lo amarán); por lo que todos tienen un toque muy casero y peculiar.

Pero, ¿cómo llegamos a esto?... ah, cierto! El cumpleaños Rowling-Potter. Pues bien, con este motivo, El Mesón de los 3 Magos no se queda atrás y organizará una celebración maratónica donde se regalarán curiosidades (antes de irse DEBEN comer ranas de chocolate, son LA onda), se proyectarán las películas de la saga, habrá baile, serpentinas y trombones, y se vitoreará en nombre de toda la comunidad mágica.

Si quieres pasar un buen rato, agradable, mágico (no quería usar ese adjetivo, pero se coló) y sentirte en tu elemento, tienes que darte una vuelta a El Mesón de los 3 Magos porque la fiesta empieza este viernes (y que conste que no me pagaron ni un quinto por esta entrada).


jueves, 23 de julio de 2015

I'm a Believer

¿Quién no ha sentido que el amor no es para uno? Que, como dice Juanga, yo no nací para amar. Seguramente todos (y unos cuantos en más de una ocasión), así igualito que Neil Diamond, aunque él se dio cuenta de la realidad y descubrió que sí hay salvación, que siempre hay un cada quién para un cada cuál (sí, lo hay… tal vez no lo parezca, pero lo hay) y por eso escribió I’m a Believer (y aunque al principio la interpretó no le pegó tanto), canción que en los 60’s (sí, ésta vez nos fuimos un poquito más para atrás) fue interpretada por The Monkees.

Diamond nunca logró el éxito que esperaba con su canción, sin embargo, fue el detonante perfecto para que esta boy band (claro, ya existían, sólo que con otro concepto) llegara al éxito rotundo.

La letra habla de un chico (Neil, supongo) que acaba de pasar por una (o varias) decepción amorosa y se da por vencido y se resigna a vivir por siempre solo, hasta que de pronto ve a una chica (literal, lo dice la letra) y volvió a creer en el amor. Así, bien casual. Siempre pasa…

Y si bien el video no es la gran cosa (aunque seguro que el bailecito y las tarareadas te sacarán una que otra carcajada), lo interesante de esta canción es que tal vez la conozcas por el cover que Smash Mouth y Eddie Murphy hicieron para la película Shrek.

I thought love was only true in fairytales
Meant for someone else but not for me
Love was out to get me
That's the way it seemed
Disappointment haunted all my dreams

Then I saw her face, now I'm a believer
Not a trace of doubt in my mind
I'm in love, I'm a believer
I couldn't leave her if I tried

I thought love was more or less a givin' thing
But the more I gave the less I got
What's the use in trying?
All you get is pain
When I needed sunshine I got rain

Then I saw her face, now I'm a believer
Not a trace of doubt in my mind
I'm in love, I'm a believer
I couldn't leave her if I tried

Love was out to get me
Now that's the way it seemed
Disappointment haunted all my dreams

Oh then I saw her face, now I'm a believer
Not a trace of doubt in my mind
I'm in love, I'm a believer
I couldn't leave her if I tried

Yes I saw her face, now I'm a believer
Not a trace of doubt in my mind
Said I'm a believer, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah
(I'm a believer)
Said I'm a believer, yeah
(I'm a believer)
Said I'm a believer, yeah
(I'm a believer)



martes, 21 de julio de 2015

Pasos para comprar un libro


Acabas de terminar el último libro pendiente que tenías en tu librero (mentira, eso nunca pasará, pero supongamos que sí), y lo primero que experimentas es un vacío en el pecho y una pesadez en el estómago, pasa un día sin que leas nada y comienzan los escalofríos. Revisas tus ahorros y descubres que no existe tal cosa: estás quebrado/a, y ahora sí empiezan los temblores. El síndrome de abstinencia ya se deja sentir. Sólo hasta entonces (cuando ya tienes fiebre y alucinaciones) es cuando tu madre/padre/abuela/tía (la vecina que está harta de tus quejidos) se apiada de ti y te da dinero para que vayas a la librería más cercana.

Los síntomas comienzan a desaparecer en cuanto pones un pie en ese emporio de mundos e historias, montones y montones de libros mirándote emocionados desde sus estanterías y mesas de exhibición, respiras profundo (porque ya puedes respirar normalmente) y le das el golpe a ese aroma de libro virgen. Ahora se te presenta otro dilema, quieres leer algo nuevo, algo diferente, pero sólo hay dinero para un libro (sí, sólo uno entre miles… lo sé, la vida no es justa): ¿cómo decidir entre tantos?

Muy sencillo, únicamente habrás de seguir los siguientes pasos:


1.      Escaneo

Deja que tu vista se extasíe, que se envicie y se desparrame entre las filas y torres y filas y filas de torres de libros; hasta que te duelan los ojos y el cuello te duela. Mira las mesas de novedades (que no por nada las ponen hasta el frente y las llenan de lo más de lo más), dale una, dos, seis, veinte vueltas y tómate todo el tiempo que puedas para revisar cada uno de los libros (aunque sabemos que nunca será suficiente). Tus ojos te jugarán alta traición y se moverán a la mesa de a lado, brincarán sobre el librero de más allá, jugarán entre las señalizaciones y revolotearán de estante en estante sin quedarse quietos.

2.      Portadas

Ya escaneaste el entorno, ya oliste, ya sentiste, ya viste, ahora sigue observar porque te apuesto dos castillos y un hotdog a que tus ojos ya tienen sus portadas preferidas.

     Evidentemente las más llamativas y coloridas (tipo Rick Riordan, George R. R. Martin, James Dashner, Neil Gaiman, etc. Ya sabes esas ilustraciones estilo cómic con muchos tonos brillantes); son las que te gustarán primero. Bien dicen que de la vista nace el amor. Para esto ya tienes entre los brazos más de 15 libros (porque uno como ratón de biblioteca hace circo maroma y teatro para cargar con cuanto libro se nos atraviese, sin que se nos caigan), y ahora es cuando viene lo más difícil:

3.      Título
La portada ya hizo su trabajo, ya te atrapó (o como mínimo despertó una curiosidad que te carcome como cisticerco). Ahora viene el turno del título: se ajusta el cinturón, saca el pecho, levanta la frente y pone su mejor sonrisa para que lo leas de pe a pa. Cada letra acomodada en perfecta armonía, en perfecto orden, con sus vueltas y sus rebases, con su relieve y su resplandor, si es muy presumido. En ese momento te mira a los ojos y BAM: tu curiosidad se va afianzando (supongamos que así fue, de lo contrario la historia sería muy diferente y este post terminaría aquí).

4.      Autor
Aunque no lo creas, el nombrecillo que aparece junto con el título es muy importante (no lo menosprecies, fue él quien trabajó noches y noches y días con sus noches para escribir cada palabra de la historia que tienes entre las manos). Lo primero que ves es un nombre de pila, una inicial y un apellido, o al revés (las combinaciones aquí son infinitas: iniciales+apellido, nombre+mote, nombre completo, mote, nombre de pila+iniciales, apellido, RFC, etc.).

El muy modesto, contrario al título, se asoma discreto y te echa una ojeada tímido, no le gusta hacerse notar (porque a fin de cuentas el libro no va de él), pero ahí está y espera tu reacción. Tal vez tú ya habías oído ese nombre, te suena de algo pero no recuerdas de donde, tal vez sólo te parece lindo y un recoveco de tu percepción lo encuentra armónico.

Listo, primera prueba superada. La ilustración bailotea, el título se pavonea y el nombre sonríe orgulloso.

5.      Sinopsis
Pero no todo es miel sobre hojuelas a partir de ahí. Al contrario, viene la prueba de fuego: tomas el libro, le das la vuelta y comienzas a recorrer la sinopsis con la esperanza de que llene las expectativas que la portada te creó. Los dos párrafos delgados (y repensados por algún editor), esperan con tranquilidad a que termines de leer los pormenores de la obra, la introducción a un personaje inusual, colorido, distinto (a veces distante); la descripción de un lugar en el pasado/presente/futuro (o todo junto); el origen de un conflicto, y un par de preguntas que te dejan en ascuas. Y no hay que olvidarnos del remate con esas citas de autores reconocidos elogiando la obra (eso siempre aviva las brasas de la curiosidad).

Y cuando menos lo notas ya estás en la caja pagando tu nuevo libro, tu pase a un viaje, a una aventura, un escape… ¡Pero aguarda! Todo este ritual de preselección fue sólo el inicio, porque la otra mitad depende de la historia, de cada capítulo, cada oración, cada palabra. Y eso, eso ya es otra historia.


¿Y tú, cómo seleccionas un nuevo libro?

viernes, 17 de julio de 2015

La sed de la mariposa




“Sintió como si una mano sin cuerpo hubiera entrado en ella y estuviera estrujando su corazón, su estómago, sus pulmones, remoliendo entre los dedos los hilos de sus venas… no podía respirar bien. Su corazón empezó a bombear sangre desesperadamente hacia el cerebro, pidiéndole ayuda, implorándole, en un grito que habría hecho estallas el vidrio de la pared de enfrente. Pero nadie la oyó, y ese grito inaudible siguió retumbando en los corredores de su cerebro, despertando recuerdos que dormían ahí, en la oscuridad, creyéndose olvidados…”.



Cuando Orlando entra a la casa de Merick, su maestro y escritor de novelas de terror, lo encuentra muerto entre los hierbajos del jardín junto a una huella que parece no ser humana. Cuando la policía llega, los sospechosos parecen ser tres: Orlando, el chico escuálido y retraído, Damiana, la mejor amiga de este último, vaga y poseedora de una insensibilidad antinatural que los doctores llaman síndrome de Meursault; y Emanita, una chica jorobada y fanática religiosa (bastante normales los tres). Conforme la historia avanza los chicos se ven envueltos (qué digo envueltos, revolcados) por una serie de eventos que, aunque parezcan cada vez más confusos, al final les revelarán lo que ya sospechaban (¿o no?).

Pros: la historia es buena y hasta cierto punto está bien planteada. Tiene un inicio atrayente y, bien o mal, logra mantenerlo hasta el final. La brevedad de los capítulos hace ligerísima la lectura y sus 200 páginas se van volando (sí, es una alusión al título del libro).

Contras: aunque la historia es buena se queda corta y dispersa, no termina de cuajar completamente. El síndrome que padece la protagonista parece traspasar las berreras y haberse apoderado del autor pues la narración se queda fría y seca, además de que la visión que ofrece de cada personaje, aunque es amplia, desgraciadamente es irrelevante pues lejos de aportar, distrae de la trama y deja con sed de más (sí, otra alusión al título. Soy un as con los juegos de palabras [?]).

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jueves, 16 de julio de 2015

Don’t you want me?

Interpretada por The Human League (que por cierto, siguen vigentes, fue un verdadero éxito de su tiempo (principios de los 80) a pesar de que a, Phil Oakey, vocalista de la banda, nunca le gustó la cancioncita. En cambio, al dueño de la disquera le fascinó (más sabe el diablo por viejo…) y henos aquí, compartiéndoles esta historia de una obsesión, así sin más, sin tapujos ni condescendencias. Porque vamos, no se le puede llamar de otra forma cuando él le dice a ella: “Yo te puse donde estás y también puedo quitarte”, o cosas como “Si no cambias de opinión a ambos nos va a ir muy mal” (no, no, no, muchacho, si no quiere estar contigo por las buenas, pues…).

Pero dejando de lado (por ahora) lo que viene siendo la bonita letra de conquista, la canción tiene un ritmo especialmente amigable y antes que lo notemos vamos a estar moviendo la caderita (¿no? ¿Sólo soy yo?) o como mínimo tarareando el corito que tampoco está tan difícil. En fin, la han covereado bastante bien, pero nada como la original que, se quiera o no, lo lleva a uno a esas épocas en las que todo era baile, spray, disco, chamarras de cuero, baile, peinados altos, vaselina, disco, eh, eh, eh… ok, basta.

El video en apariencia no tiene nada de especial, nada hasta que te das cuenta que, como aquel cuento de Cortázar (que si no han leído no sé a qué esperan) Continuidad en los parques, lo que parece la realidad dentro del video no es más que un video dentro del video (muy a lo Inception). La trama es sencilla: un constante acecho depredador-presa, que (repito) no sabes si está pasando en la trama o si es una filmación dentro dé (lo que pasa es que la muchachilla esta es actriz, así que…). Pero mejor juzguen ustedes y espero que la letra no les recuerde situaciones similares en su vida (porque a mí no, qué va).

You were working as a waitress in a cocktail bar, when I met you.
I picked you out, I shook you up
And turned you around, turned you into someone new.

Now five years later on you've got the world at your feet.
Success has been so easy for you.
But don't forget it's me who put you where you are now,
And I can put you back there too.

Don't, don't you want me?
You know I can't believe it
When I hear that you won't see me.
Don't, don't you want me?
You know I don't believe you
When you say that you don't need me.
It's much to late to find
When you think you've changed your mind.
You'd better change it back or we will both be sorry.
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?

I was working as a waitress in a cocktail bar,
That much is true.
But even then I knew I'd find a much better place
Either with or without you.

The five years we have had have been such good times,
I still love you.
But now I think it's time I live my life on my own.
I guess it's just what I must do.

Don't, don't you want me?
You know I can't believe it
When I hear that you won't see me.
Don't, don't you want me?
You know I don't believe you
When you say that you don't need me.
It's much to late to find
When you think you've changed your mind.
You'd better change it back or we will both be sorry.
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?

Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?
Don't you want me, oh?
Don't you want me, baby?