“Ése fue el momento en el que todo dio un vuelco. En el que comenzó la historia que se convertiría en la historia de Anna. Ya había empezado antes, claro, con la muñeca, con los viejos auriculares, con la niña pequeña esperando en el patio de la escuela. Con el deseo de comprender quién o cuántas personas era Abel Tannatek, Anna cerró los ojos un segundo y se precipitó fuera del mundo real. Cayó en el comienzo de un cuento. […] No fue sino hasta después, mucho después, y ya demasiado tarde, cuando Anna comprendería que este cuento de hadas era uno funesto.”
El
cuentacuentos es una novela juvenil narrada en
tercera persona, aunque tiene un acercamiento casi protagónico con Anna, tanto que en partes parece que es ella misma quien
narra la historia y no Michaelis. La temática se queda a medio camino entre el
drama, amor, intriga y misterio. Sin embargo, está tan bien
construida que logra mantener la emoción.
La
trama cuenta el cómo la vida de Anna Leemann, a partir del casual –o tal vez no
tanto– descubrimiento de una muñeca, cambia por completo al conocer a Abel
Tannatek (el típico chico “rudo” y arrogante...
¿o no?). Y más pronto de lo que quisiera, Anna se ve envuelta en rumores de
drogas, desapariciones, asesinatos y un primer amor, que parecen
encajar perfectamente en el cuento que Abel inventa para su
hermanita Micha. Una analogía de su propia vida escondida en un cuento de
hadas.
Pros: La narración pasa de un personaje a otro dejándonos migajas –o confundiendo las huellas– sobre los acontecimientos y personalidades de cada uno, y justo cuando creemos saber lo que ocurre en realidad no sabemos nada. Buenos giros de tuerca.